La poda vegetativa del tomate Artículo Publicado el 08.05.2015 por Javi

La poda vegetativa del tomate es una intervención no imprescindible aunque sí aconsejable. En los cultivos comerciales se realiza sistemáticamente pues tiene indudables ventajas cuando se realiza correctamente, tanto en modo como en tiempo. Es una técnica profesional bastante compleja pero vamos a centrarnos en su vertiente más sencilla que igualmente nos aportará ventajas y no nos resultará demasiado complicado.

La finalidad que se busca con la poda vegetativa es conseguir que los frutos tengan mayor tamaño y que la planta presente menor masa foliar con las ventajas que ello aporta respecto a las posibles plagas y enfermedades. Al quitar chupones axilares conseguimos que la savia de la planta no se diversifique tanto. A menor cantidad de follaje mayor tamaño tendrán los frutos.

Como decía hay diversas técnicas de poda dependiendo sobre todo si se trata de variedades de tomates determinados e indeterminados. Esta diferenciación se basa en que llamamos tomates determinados a los que conocemos la altura que alcanzará la planta e indeterminados a las variedades o cultivares de tomates que tienen un crecimiento indefinido.

En el primer caso quitaremos los brotes axilares de las primeras cinco hojas de la planta, contando desde el suelo, y dejaremos a partir de aquí que la planta se desarrolle como quiera. En los tomates indeterminados se pueden realizar podas en todos los brotes axilares, que pueden ser a un eje cuando se quitan todos los chupones y a dos ejes cuando se deja desarrollar un brote axilar entre la 7ª y 8ª hoja.

Es mejor realizar la poda a mano cuando los brotes son bien tiernos, tengan menos de 5 cm de longitud, y no realizarla cuando se han hecho demasiado grandes o en todo caso dejar sólo dos hojas del brote. Cuando hay que usar herramienta procuraremos que esté bien afilada y desinfectada. La poda debe realizarse en cuanto aparezca el primer racimo floral, evitaremos hacerla en los periodos demasiado húmedos y de sequía.