La rosa damascena: una flor de aspecto delicado Artículo Publicado el 27.01.2015 por Carolina

Este tipo de rosa, que se conoce popularmente con el nombre de Rosa de Damasco o Rosa de Castilla, es una flor híbrida que surge del cruce entre dos variedades muy populares: la Rosa gallica y la Rosa moschata. Se trata pues de una flor cultivada, no de una planta salvaje.

Aunque no se sabe con exactitud, se supone que esta variedad se originó en Oriente Medio. De hecho, es frecuente encontrar productos elaborados con esta rosa en los mercados de Afganistán. Se cree que se introdujo en Europa durante el siglo XIII.

Al igual que el resto de los rosales, la planta de esta rosa es un arbusto de forma irregular, espinosa (tiene muchas púas rígidas), que crece de manera vertical y que puede alcanzar los dos metros de altura.

Se caracteriza por una flor doble, que tienen una fragancia suave y abundantes pétalos (36 por ejemplar) que se disponen formando una roseta. Suelen encontrarse solo de color rosa, variando su intensidad desde el rosa palo hasta el rosa algo más intenso. Nunca llegan a ser fucsia.

Estas rosas suelen emplearse para la elaboración de aguas, aceites y perfumes. Sus pétalos también son comestibles y son muy preciados en la cocina de autor donde se emplean como guarniciones, la elaboración de tisanas e incluso para sazonar alimentos.

La rosa damascena se puede encontrar en dos variedades: la de verano y la de otoño. La primera de ellas tiene un corto periodo de floración; la segunda, por su parte, es de ciclo largo y comienza a gestarse durante el otoño. Físicamente no existe ninguna diferencia entre una y otra.

Para su cultivo en jardines debemos tener en cuenta los siguientes aspectos:

• Debemos situar la planta en una zona protegida del aire.
• Resiste las heladas suaves.
• Necesita el sol aunque crece bien en zonas de semisombra.
• Debemos regarla con frecuencia, pero no en exceso.
• Requiere que se le abone dos veces al año: una primera en invierno que debe ser profunda; y una segunda, más suave, que debe realizarse en verano. Ambas deben aportar compost, mantillo o estiércol maduro a la planta.
• Para obtener ejemplares hay que obtener esquejes.
• Hay que someter la planta a una poda de mantenimiento en invierno. También hay que retirar las flores marchitas de sus ramas periódicamente para evitar que se debilite  la planta.
• Es muy sensible a dos plagas: el pulgón y la araña roja.
• La recolección de la flor debe hacerse a mano y con cuidado pues es muy frágil.

En la actualidad, Turquía es el país donde se cultiva esta rosa con mayor volumen. De hecho es el principal productor de aceite de rosa de Damasco. También se cultiva en Francia y en Bulgaria.

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