Las azoteas verdes de Nueva York Artículo Publicado el 22.08.2014 por Javi
Vivir en una gran ciudad en verano es una experiencia que puede llegar a ser realmente dura en esos días del estío en que el aire se vuelve denso y caliente. El asfalto, los vehículos a motor y el gran consumo energético de los aires acondicionados no hacen más que recoger y reconcentrar ese calor. Pero en Manhattan, Nueva York, los afortunados propietarios de esos grandes bloques de viviendas y los hoteles de la zona se han volcado en la construcción de espacios verdes en las azoteas para que disfrutar de la naturaleza y de un baño refrescante pueda llevarse a cabo sin salir de casa.
Un paseo a vista de pájaro permite disfrutar del gran número de jardínes que han surgido en las azoteas de Nueva York. Es una visión muy grata poder ver en la lejanía esos parches verdes sobre las construcciones de cemento, hierro y ladrillos.
El lujo de las piscinas en la azotea no está al alcance de cualquiera por supuesto pero los desahogados propietarios de estos condominios no tienen problemas para poder disfrutar de un baño refrescante en su propia casa.
Podría hacerse una nueva versión de la clásica película «El nadador» pero esta vez de azotea en azotea. Habría que crear un protagonista que combinara las aptitudes de Burt Lancaster en dicha película con el gran paseante de azoteas del cine actual, Spiderman.
En alguna ocasión hemos hablado de las virtudes de un techo verde, muchas culturas se han valido de ese tipo de coberturas para mejorar el aislamiento térmico de las viviendas, ahora hay un renacimiento de esa idea pero en Nueva York adopta una forma más lúdica y elitista.
Esta majestuosa construcción situada entre la West Ninth Street y la Quinta Avenida es una moderna recreación de los jardínes colgantes de Babilonia, suponemos que en versión reducida si nos atenemos a las fuentes históricas.
Los jardines y los huertos urbanos localizados en las azoteas de los edificios se están poniendo de moda y es una tendencia que nos gustaría se extendiera por el bien de todos. El hombre necesita un poco de naturaleza cerca de él para no olvidar de dónde viene y sobre todo discernir a dónde va.
Fotos: nytimes.com
