Los mejores fertilizantes caseros para el ciruelo Artículo Publicado el 08.04.2022 por Flavia
Los ciruelos plantados en un suelo fértil puede que no necesiten fertilización; sin embargo, si el crecimiento se detiene y no ves al menos unos 30 cm de crecimiento cada año, lo que deberías hacer es fertilizar. Los ciruelos, al igual que otros árboles frutales, prosperan cuando los macronutrientes como el nitrógeno, el potasio y el fósforo están presentes en el suelo. El nitrógeno estimula el crecimiento de las hojas y de las ramas, mientras que el fósforo lo hace en las raíces y en las flores y el potasio mejora la resistencia a las enfermedades. Sigue leyendo para conocer los mejores fertilizantes caseros para el ciruelo.
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¿Cuáles son los mejores fertilizantes caseros para el ciruelo?
- Sal de Epsom: los árboles frutales crecen mucho mejor después de aplicar sal de Epsom, ya que esta mejora la producción de frutas y la absorción de nutrientes esenciales que incrementan la dulzura de sus frutos.
- Granos de café: los posos de café suelen contener nutrientes fundamentales para el crecimiento y el desarrollo de las ciruelas. El nitrógeno, el magnesio, el fósforo y el cobre son excelentes para la salud del ciruelo.
- Ceniza de madera: la gran mayoría de los árboles frutales se pueden beneficiar con las cenizas de madera, pues estas contienen magnesio, calcio, fósforo y otros nutrientes.
- Cáscaras de huevo: aplica una capa de cáscaras de huevo alrededor de los ciruelos para proporcionarles calcio.
- Compost: los fertilizantes podrían llegar a quemar los ciruelos durante la siembra, por lo que te aconsejo primero mejorar la fertilidad del suelo con compost. Una vez que hayas cavado el hoyo para el cepellón del ciruelo, mezcla tierra con compost en estas proporciones: 4 partes de tierra por una parte de compost. Coloca el cepellón en su lugar y llena el espacio alrededor con la tierra modificada. El compost mejorará el drenaje del suelo y la retención de humedad.
- Estiércol: el mejor fertilizante para el ciruelo es el estiércol de conejo o gallina porque tiene más NPK que otros fertilizantes. Además, cuenta con carbono orgánico, lo que mejora la salud del suelo. Una vez convertido en abono, añade estiércol alrededor de la línea de goteo de la planta.
- Humus de lombriz: el humus de lombriz no solo es rico en nutrientes, sino que también está repleto de microorganismos beneficiosos.
- Harina de huesos: este fertilizante orgánico le proporcionará al ciruelo una gran cantidad de fósforo, uno de los tres macronutrientes principales para las plantas. El fósforo promueve el desarrollo de la planta, la formación de las raíces y el crecimiento de los frutos.
- Harina de sangre: este producto aporta un alto nivel de nitrógeno que puede llegar a dañar las flores y los frutos. La sangre y los huesos son productos orgánicos que no perjudicarán tus plantas, dado que los nutrientes se liberan lento.
- Harina de soja: este otro fertilizante orgánico es una fuente rica en nitrógeno y fósforo.
- Mantillo: el mantillo es un material orgánico que, por lo general, está hecho de restos de hojas, estiércol y corteza de árbol. Este enriquecerá la salinidad del suelo, prevendrá el crecimiento de malas hierbas, brindará calor en invierno y mantendrá el agua durante los meses más secos del año. Aplica mantillo durante los primeros cuatro años de tu ciruelo y haz tu mejor esfuerzo a mediados de la primavera. Luego, pon otra capa más de mantillo en otoño para proteger el árbol en invierno.
- Té de compost: se trata de un biofertilizante liquido que se vierte debajo del árbol para alimentar las raíces.
- Compost de pescado: este abono orgánico a base de pescado mejora la fertilizad del suelo, aportando nutrientes esenciales como el nitrógeno, por ejemplo. No lo uses en exceso porque podrías quemar tu árbol frutal.
- Fertilizante comercial NPK: el fertilizante 10-10-10 es un fertilizante multiuso que logrará satisfacer las necesidades del ciruelo durante la época de crecimiento. La falta de calcio, zinc o hierro en el suelo puede afectar el crecimiento de las ciruelas. El ciruelo deficiente de hierro producirá hojas de color amarillo y bordes amarronados. Mezcla dos tazas de hierro quelado con cuatro litros de agua en un recipiente y aplica con rociador en intervalos de dos semanas durante la temporada de floración. Las hojas con carencia de zinc son más pequeñas que las hojas maduras y se tornan amarillentas. Mezcla una cucharada de sulfato de zinc con cuatro litros de agua y remoja las hojas y el tallo. La deficiencia de calcio no es muy común en las ciruelas, pero los síntomas suelen incluir manchas amarronadas en la fruta y puntos muertos en el medio de las hojas. Disuelve 18 g de cloruro de calcio en cuatro litros de agua y rocía las hojas uniformemente.
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