Guía de jardinería

El mundo de las orquídeas es complejo y muy especializado pero podemos iniciarnos en él con esta preciosa orquídea de fácil cultivo. Se trata de la Phalaenopsis, la familia de orquídeas más popular y conocida. Es originaria de Filipinas, la zona tropical de Asia, Australia y algunas zonas de África. Aunque su cultivo está extendido por todo el mundo.

La Phalaenopsis es una orquídea epífita, crece encima de los árboles o sobre las rocas. Sus raíces tienen como principal misión agarrarse a cualquier superficie y capturar los nutrientes y el agua que se deslicen sobre esa superficie a la que se ha fijado. Es muy fácil de conseguir en cualquier vivero y su cultivo es el más sencillo de todas las orquídeas. Su gama de color es amplísima y nos dará grandes satisfacciones nada más comenzar con su cultivo.

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Esta llamativa flor se encuentra ahora en todo su esplendor, a finales del verano es el momento en que esta planta perteneciente a la familia de las liliáceas florece llenando el jardín con sus llamativos colores. Sus pequeñas flores de apenas 2.5 cm de longitud presentan un curioso diseño de color, blanco con manchos de color morado más o menos intenso. Es una planta originaria de la parte más oriental de Asia y de las Filipinas.

Crece en las montañas de esa región bajo los frondosos bosques. Ello ya nos indica las condiciones ideales para su desarrollo en nuestro jardín. Necesitará un lugar sombreado y de suelo húmedo aunque bien drenado. No le irá nada mal tener alguna compañera más alta que le proporcione sombra y la libre del sol directo. La planta alcanza una altura entre 60 y 90 cm, así con este porte y el tamaño de sus flores, el lugar preferido para cultivar el Tricyrtis será siempre el primer plano, junto a los caminos del jardín o en los macizos, detrás colocaremos las plantas que actuarán como pantalla solar.

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Todos los años o casi, el jardinero sin tierra, aquel que cultiva sus plantas en contenedores se ve en la obligación de cambiar sus plantas perennes de unas macetas a otras más grandes. O si ha cultivado alguna planta anual en una maceta tras arrancar los despojos de la vieja planta se encuentra con una maceta llena de tierra con la que se le plantea la duda que encabeza este artículo.

Cuando se trata de plantas que deben producir floraciones exuberantes, la calidad y la salud del suelo de nuestras macetas es fundamental. Debe ser un suelo suelto, cargado de nutrientes y bien drenado aunque capaz de retener un grado suficiente de humedad. Si tenemos un sustrato como el que acabamos de describir sería bastante poco inteligente desecharlo, podemos perfectamente mantenerlo durante dos o tres años o más si se mantiene sano y con nutrientes.

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Si su idea de los cactus implica un medio ambiente desértico y despoblado, de altísimas temperaturas, se equivoca. Los cactus y las suculentas se encuentran en la actualidad entre las plantas más demandadas para su cultivo en muy diversas zonas geográficas. Tal vez usted vive en una zona que considera demasiado septentrional para que pueda cultivar cactus pero se sorprenderá de la gran cantidad de especies y variedades de cactus que se pueden cultivar en zonas relativamente frías.

Los cactus están de moda por una característica muy particular. En los jardines modernos prima el diseño lineal y minimalista, fiel reflejo de las tendencias mayoritarias en decoración de interiores, y el cactus es un gran aliado a la hora del diseño de un jardín. Sus líneas rectas, su sobriedad, la gran variedad de formas que pueden tomar ayudan a crear diseños modernos con gran facilidad.

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Cuando creamos composiciones de plantas para macetas de otoño hemos de tener muy en cuenta el color. El otoño es la estación en la que se transforman los colores de las perennes y también la estación en la que éstas acaban perdiendo su follaje. Nuestras composiciones deben ser las que sigan aportando el verde en nuestro jardín, aquellas partes cubiertas por espesas frondas de perennes quedarán desnudas hasta la primavera y nuestras macetas de otoño deberán suplir la desaparición de esas masas verdes.

En la composición de arriba podemos ver una buena combinación de verdes y rojos, muy otoñal. Está formada por las siguientes plantas de izquierda a derecha, Bergenia con sus grandes y carnosas hojas, detrás una «Heuchera micrantha», en el centro se elevan los tallos púrpura de una «Cornus alba». En el frente destaca «Viola wittrockiana» que nos añade un poco más de rojo intenso con sus flores. A la derecha un curioso ciprés nos aporta ese contraste de forma, volúmen y color, «Chamaecyparis pisifera».

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El conocimiento del tipo de suelo del que dispone en su jardín o huerta es un dato imprescindible que usted precisa conocer. Porque según el tipo de suelo de que disponga podrá tomar unas decisiones u otras, podrá cultivar un tipo de plantas determinado a las que les resultará más fácil crecer. También podrá tomar decisiones en cuanto a los complementos nutritivos que deberá aportar según el suelo de que disponga y las acciones que habrá de ejecutar si quiere cultivar plantas que no sean las más adecuadas para su tipo de suelo.

En primer lugar usted deberá constatar que el suelo de su parcela es arcilloso. Para ello puede usted realizar diversas inspecciones y pruebas analíticas. A simple vista un suelo arcilloso se percibe como un suelo macizo, poco suelto. Puede ser más o menos rojizo, la arcilla va del blanco al rojo, no lo olvidemos.

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