Plagas: la procesionaria del pino Artículo Publicado el 31.03.2015 por Carolina

La procesionaria del pino o Thaumetopoea pityocampa es una especie de lepidóptero que abunda en los bosques de Europa Central y del sur del continente. Esta oruga es una plaga muy extendida que afecta a los pinos, a los abetos y a los cedros, aunque se conoce sobre todo por estar frecuentemente ligada a la vida de los pinos.

Las orugas (cuando están fase larvaria) presentan pelos urticantes por todo su cuerpo. Estos pelos están recubiertos de una toxina termolábil denominada Thaumatopina. Estos pelos se desprenden y flotan en el aire, lo que ocasiona irritación en los oídos, la nariz y la garganta de algunos seres humanos. Lo que les provoca intensas reacciones alérgicas que deben tratarse adecuadamente.

La vida de este animal está vinculada a la de los árboles. Y es que la hembra pone huevos en sobre las copas de los árboles durante el verano, formando unas grandes bolsas en forma de espiral. Un mes después nacerán las orugas, que pasarán por cinco estados larvarios que se desarrollarán durante 9 meses. Durante su vida establecen relaciones sociales con otros miembros de la puesta. Uno de esos comportamientos son los desplazamientos el fila que, al parecer, guía un ejemplar hembra.

El gran peligro de estos animales es que, durante su etapa de crecimiento, las larvas se alimentan de las hojas de los pinos, lo que provoca que se produzca una importante defoliación de los ejemplares afectados. Sobre todo cuando los ejemplares son pequeños, momento en el que se mudan para buscar otro ejemplar de pino o similar.

Para mantener a raya a las procesionarias se emplean diferentes métodos de control que, aplicados adecuadamente, pueden reducir las poblaciones manteniendo bajos niveles de infestación. Los más habituales son los que siguen:

• Destrucción de los bolsones por medios físicos o químicos. Se aplican cuando los bolsones están bien formados pues antes no tienen eficacia.
• Trampas de feromonas que capturan masivamente a los machos, manteniendo bajo los niveles de población.
• Nebulización y pulverización con cañones a bajo o ultra bajo volumen. Es muy eficaz contra las alergias en parques, jardines, zonas de acceso, etc.
• Tratamientos químicos masivos con inhibidores del crecimiento o con insecticidas microbiológicos.
• Inhibidores del crecimiento que afectan a las larvas en su primer estadio.
• Insecticidas microbiológicos que se aplican en los tres primeros estadios larvarios.

Para elegir el método de control más adecuado hay que estudiar los niveles de infección de la zona afectada.