¿Por qué algunas plantas son aromáticas? Artículo Publicado el 14.07.2014 por Javi
Algunas plantas son capaces, a partir de azúcares producidos por la fotosíntesis y nutrientes extraídos del suelo, de sintetizar esencias aromáticas, es decir sustancias olorosas y volátiles. Combinando para ello un gran número de moléculas (un promedio de cien moléculas diferentes para una sola esencia: terpenos, cetonas, alcoholes, ésteres, aldehídos…). Estas esencias son producidas por las células especializadas de la planta y se almacenan en pequeñas bolsas en las hojas, flores, tallos, madera, corteza, resina, semillas…
Cada planta sintetiza una esencia única, aunque su composición variará según las condiciones del suelo y del clima, así como de la parte de la planta. Es lo que se llama el quimiotipo de un aceite esencial.
La esencia aromática de una planta se puede extraer de dos maneras: en frío, sólo es posible con las cáscaras de los cítricos, y en caliente por medio de la destilación con vapor de agua, que es el método que se usa con todas las demás plantas aromáticas. En la destilación se obtienen dos productos al pasar el vapor de agua a través de las células de la planta, por un lado el aceite esencial y por el otro lado el hidrosol aromático. Éste no es más que el agua obtenida al enfriarse el vapor usado en la destilación y que contiene moléculas diferentes, aunque complementarias, a las que componen el aceite esencial. Su aroma es más suave y es lo que se llama agua floral cuando se destilan flores. Algunas plantas sólo son aprovechables en esta fase, es el caso del hamamelis y el aciano que en la destilación no dan ningún aceite esencial pero en cambio el hidrosol se utiliza para el cuidado de la piel.
No es casual que la mayoría de las plantas aromáticas crezcan en zonas de clima mediterráneo ya que es el sol el que aporta la energía necesaria a las plantas para sintetizar estas moléculas fragantes. Pero no todas las plantas aromáticas pueden producir el suficiente aceite esencial para que sea posible extraerlo, se calcula que en torno a 4000 especies de plantas son aromáticas pero en cambio sólo se puede extraer el aceite esencial de unos pocos cientos.
Las plantas aromáticas producen esas moléculas fragantes con algún otro fin que nuestro disfrute. En concreto se valen de ellas para repeler los insectos y proteger a las plantas gracias a sus propiedades antifúngicas, antivirales, antibacterianas y repelentes. Por el contrario atraen a los insectos polinizadores que las plantas necesitan para su reproducción. Permiten a las plantas comunicarse entre sí y los aceites esenciales son también una reserva energética para situaciones de emergencia como en el caso de situaciones climatológicas adversas.
Fotos: gerbeaud.com