Qué es y cómo se cultiva la acacia negra o palo prieto Artículo Publicado el 23.03.2015 por Carolina
La acacia negra o acacia melanoxylon es un árbol originario a Australia que se caracteriza por tener su tronco de color negro. También se denomina acacia japonesa (Colombia), palo prieto, cachimbo, cañaro, peronía o seibo. En la actualidad es posible encontrarlo por todo el mundo, siendo especialmente importante su presencia en varios países del sur del continente americano: Uruguay, Paraguay, Brasil y Argentina.
Este árbol es una especie de gran altura (puede llegar a los 45 metros) que crece bien en los climas fríos, aunque se adapta a otras climatologías. Tienen una copa piramidal muy alta y pesada y una corteza de color gris agrietada en su tronco. Para sostener tanto peso el árbol cuenta con un sistema de raíces muy fuerte que se desarrolla bajo y sobre el suelo.
La acacia genera unas pequeñas flores amarillas en forma de globo, que se reúnen en racimos y que adquieren un color amarillento.
Se reproducen por semillas que permanecen latentes durante varios años antes de germinar gracias a la potente envoltura que las rodea. Esto hace que, incluso, resistan los incendios, destacando que son capaces de renacer en un suelo que ha sufrido este suceso. Esto le ha llevado a comportarse, en numerosas ocasiones, como planta invasiva en medios de clima templado, donde debe competir por los nutrientes con otros árboles de naturaleza similar.
Si queremos planta un ejemplar de acacia negra en nuestro jardín debemos tener en cuenta lo siguiente:
- Se desarrolla bien en cualquier tipo de suelo excepto el calcáreo. Debe tener un buen drenaje.
- Necesita un sustrato rico en nutrientes que le aporten humedad y acidez.
- Se puede colocar al sol o en una zona de paso de aire, pues se adapta a su entorno sin problemas. También soporta bien las heladas.
- Requiere importantes aportes de agua, sobre todo en épocas de calor.
- Es difícil conseguir ejemplares partiendo de semillas. También se pueden obtener ejemplares a partir de acodos.
- La acacia necesita aportes de silicio, por lo que debemos abonarla con cierta frecuencia con esta sustancia.
Los aborígenes australianos utilizaban su corteza para componer un analgésico que les aliviara el dolor. En la actualidad sigue empleándose con este fin (sobre todo para tratamientos de la faringitis, úlceras y diarreas), aunque lo habitual es emplear su madera, que es muy preciada en ebanistería. De hecho destaca porque se modela con facilidad una vez que se ha sometido a vapor de agua. También es muy utilizado como árbol ornamental y en reforestaciones complicadas como las de los paisajes con dunas.
