Tijeras de podar: limpieza y afilado Artículo Publicado el 08.04.2013 por Javi
Cuando necesitamos nuestras tijeras de podar, las buscamos y siempre nos sorprende que se encuentren en un estado tan lastimoso. Sucias y llenas de vieja mugre, pensamos que deberíamos limpiarlas y afilarlas, de paso, pero tras usarlas para lo que las necesitábamos acabamos dejándolas de nuevo en su lugar con un poquito más de suciedad. Hay que decidirse y buscar diez o quince minutos de nuestro tiempo para darles a estas infatigables compañeras de trabajo los cuidados que necesitan.
Con este tratamiento podemos renovar tijeras de podar o de jardín, cizallas, cortasetos y cualquier tipo de herramienta de corte tipo tijera. En realidad se puede aplicar a cualquier herramienta metálica que se encuentre en mal estado de conservación.
Materiales:
- un recipiente con agua
- un cepillo de alambre pequeño
- una lima o piedra de afilar
- lejía
- aceite lubricante
En primer lugar llenaremos un recipiente con agua templada o caliente y con ayuda del cepillito de alambre iremos quitando toda la suciedad pegada tanto en la hoja como en las partes móviles de las tijeras. Los soportes del muelle suelen ser unos lugares donde se incrusta mucha suciedad, así que concentraremos esfuerzos en dicha zona.
En las imágenes de arriba podemos ver el antes y el después de la limpieza realizada tan sólo con agua y el cepillo de alambre. A simple vista ya se puede apreciar un notable cambio en el aspecto de las tijeras de podar sometidas a este sencillo tratamiento de limpieza.
Revisaremos la hoja de corte de las tijeras y con seguridad podremos apreciar muescas y rebabas producto del uso habitual de esta herramienta. Necesitaremos pues afilar la hoja si ésta hace tiempo que no ha sido afilada.
Con una lima y desde la parte exterior iremos quitando las rebabas y demás alteraciones que presente la hoja de corte. Cuando ya la tengamos toda igualada podemos acabar el afilado con una piedra de afilar. Para que nos quede una superficie bien lisa y pulida.
Vaciamos el recipiente que usamos al principio para limpiar la herramienta y lo llenamos de nuevo con agua y lejía, con una proporción de 10 partes de agua por una de lejía. Introduciremos las tijeras de podar en el agua clorada durante unos segundos. A continuación secamos la herramienta con un trapo limpio. Deberíamos adquirir la sana costumbre de lavar así con desinfectante las tijeras de podar antes y después de cada uso para impedir que se conviertan en vector de transmisión de enfermedades entre plantas.
Por último aplicaremos un aceite para herramientas a toda la superficie metálica de la herramienta. La lubricaremos y al tiempo estaremos creando una capa protectora de la superficie metálica de la herramienta.
El antes y después del tratamiento es espectacular, no nos costará nada, diez minutos como mucho y tendremos unas tijeras de podar en perfectas condiciones. Así que adelante, a limpiar y afilar las herramientas.
Fotos: weekendgardener.net