Tipos de plagas presentes en nuestro jardín Artículo Publicado el 31.07.2012 por Libelula

La mayoría de los insectos y otros animales pequeños dañinos pueden identificarse a simple vista. Para otros, como algunas arañuelas, necesitaremos una lupa que nos ayude a buscarlas. Y otros, como los nematodos, sólo pueden verse en el microscopio. En este caso, nos daremos cuenta del ataque por el daño provocado.

Muchos insectos no se ven durante el día, ya que realizan su trabajo a la noche. Este es el caso de las babosas y los caracoles. También están aquellos que pasan su vida dentro de los tejidos de las plantas, como los taladros, que son difíciles de controlar.

Lo bueno es que la mayoría de los insectos pasan su ciclo de vida fuera de las plantas, de modo que podremos exterminarlos con pulverizaciones, espolvoreos o cebos.

La mayor parte de los parásitos se dividen en tres grandes grupos:

Chupadores de savia: no perforan las hojas, pero las debilitan e impiden su crecimiento. Entre ellos encontramos a los pulgones, que segregan una sustancia melosa que es caldo de cultivo para otras enfermedades; las arañuelas, que viven en el envés de las hojas, y los tips, que habitan en el haz de las hojas.

Comedores de hojas: se alimentan de hojas o brotes. En este grupo se incluyen babosas, caracoles, hormigas y la abeja cortadora. Algunos viven en el interior de las hojas (larvas de diversas moscas) donde dejan áreas en forma de túneles blancuzcos.

Habitantes de las raíces: devoran las raíces haciendo que la planta crezca pobre y lentamente. El tratamiento que controla a uno no necesariamente sirve para otro. Los insectos masticadores son más fáciles de dominar por medio de venenos estomacales. El pesticida se aplica en forma de polvo o pulverización sobre la planta, el insecto lo come y muere. En cambio, los chupadores sustraen savia del tejido vegetal. Para eliminarlos será necesario que mojen el cuerpo del insecto y entren en contacto con él. Existen otros insecticidas para controlarlos que son sistémicos (que penetran dentro de la planta y se trasladan por la savia). Al chuparla, el insecto muere. Estos insecticidas son los más peligrosos para quien los está utilizando cuando se inhalan o entran en contacto con la piel.

Foto: la-jardineria