Trasplantar y reproducir jazmines Artículo Publicado el 05.01.2015 por Carolina

Si tienes un precioso jazmín en casa y quieres cambiarlo de lugar u obtener más plantas de él, puedes tomar nota de estos consejos para hacerlo en la época y de la forma adecuada.

Para trasplantar un jazmín de ubicación debemos abrir un hoyo lo suficientemente grande como para que quepa en cepellón de la planta que queremos trasladar. Hay que tener cuidado de que nos se desmoronen las raíces cogidas al suelo, pues si ocurre estaremos retrasando su crecimiento. Para favorecerlo podemos agregar algún tipo de sustrato al agujero que hayamos abierto.

Las raíces tardarán en adaptarse al nuevo espacio un par de semanas. Durante este tiempo debemos regar con frecuencia la planta aplicando un abono líquido a la misma.

Si, por el contrario lo que queremos es obtener más plantas de un ejemplar, debemos utilizar alguna de estas técnicas: cortes de la extremidad o el tronco, acodo aéreo y cortes de talón. En cualquiera de estos casos, se obtendrá una planta igual a la original.

En caso de que elijamos la técnica del acodo, debemos hundir una de las ramas en la tierra y esperar a que eche raíces. Cuando la nueva planta tenga tallos y crezca de manera independiente a su progenitora, podremos cortarla obteniendo una nueva planta. Una vez que hayamos hecho esto, la planta ralentizará su crecimiento aunque no por ello perderá fuerza. Tras dos años, cuando el ejemplar haya madurado, podremos disfrutar de muchas flores de nuestro nuevo jazmín.

Para reproducir nuestro jazmín siguiendo la técnica del esqueje debemos seleccionar una rama de la planta de unos 15 centímetros, que sea de color verde con tonos marrón claro. Una vez seleccionada deberemos cortarla con unas tijeras afiladas y siempre por encima del nodo. Hay que quitarle las hojas grandes y dejarle las verdes más pequeñas, que son las más recientes. Debemos mojar una de las puntas en hormona de enraizamiento (o un producto orgánico similar que produzca el mismo efecto de sugestión).

No siempre es necesario agregarle esta sustancia, pues hay esquejes que son capaces de salir adelante por sí mismos. En cualquiera de los casos, es importante mantener un grado de humedad constante en la tierra y una temperatura templada. Planta el esqueje en una maceta pequeña, de unos 10 centímetros de profundidad, en un agujero delgado que puedes abrir con un lápiz. Agrega a este cuenco tierra, perlita y material orgánico. No debes hundirlo a más de cinco centímetros de profundidad, para favorecer su pronto desarrollo. Hay que compactar la tierra con un suave masaje alrededor de la planta y humedecerla con un vaporizador. Esta técnica debe realizarse en primavera o verano, y ejecutarse siempre a primera hora de la mañana.

Para comprobar que todo va bien, pasadas tres semanas da un pequeño tirón de la planta, si presenta alguna resistencia, es que todo marcha correctamente. Llegado este momento, debemos trasplantarlo tal y como se ha explicado anteriormente.